Todos presenciamos, el pasado 17 de octubre, como una parte de la ciudadanía manifestaba su descontento generalizado con una situación que ya es insostenible, todos mirando hacia una gran mesa esperando a que alguien portara el estandarte del grupo para salir a defender nuestro presente y futuro, y el de nuestros hijos e hijas, porque del buen funcionamiento de la escuela pública en Canarias depende nuestra tranquilidad de hoy y nuestro bienestar del mañana.
Pero después de más de tres horas, no se apreció que nadie osara levantar con decisión la bandera que podía conducir todos nuestras energías y empeños, más bien se planteaba el seguir estudiando y analizando la situación, revisar otra vez más los mismos problemas, que curso tras curso viene arrastrando nuestra escuela pública, y que al comienzo de este curso se han agravado más, si podían. No era fácil y se entiende. Se requiere mucho valor y estar seguros de que las palabras tienen respaldo suficiente para poder contar con un grupo sólido, estable y permanente hasta el final.
Un compañero simplemente lo sintió y lo expresó tal cual: “Lo que hay que hacer es movilizarse con lo que hay, no hay que tener miedo, con una guagua por cada centro ya se llena una calle”. Para mí, sinceramente estas palabras fueron muy clarificadoras de la situación.
Ahora que ya casi estamos en andas, lo primero que tenemos que hacer es no dejarnos apabullar por ese miedo que nos paraliza, y como manifiesta el padre de Valsequillo, en una de las entradas a nuestro blog, “ya somos 70 pero pronto seremos 700”. Con el apoyo mutuo, y la razón de nuestra parte, de lo que seguramente nadie tendrá ninguna duda, ese miedo ya está superado.
Otro compañero, agotado y hastiado no sólo por los despropósitos del comienzo de septiembre, sino casi reventado porque las acciones por la calidad educativa, cuasi impuestas para este curso, han dividido a su Asociación que llevaba años haciendo un montón de actividades, manifestó que aunque tenía deseos de decirle a la cara de la Consejera todo el mal que está haciendo, era mejor que no le dejaran, porque posiblemente no se podría controlar y le “agarraría de las greñas”. Se oyeron emocionados aplausos.
Esto, que visto aisladamente parece sólo un descargue emocional muy personal, representa en mi modesta opinión la expresión de un sentimiento colectivo que no termina de aflorar. Que la situación presente de la escuela pública canaria no se puede sostener por más tiempo, que se tiene que producir un cambio rumbo y de timón, y que el timonel que lleva el barco de nuestra escuela va sin brújula y dando bandazos contra las olas. Colectivamente no se expresó, pero el sentimiento de renovación ha arraigado profundamente, y no será fácil de evitar.
Nuestro objetivo inmediato es ponernos en marcha, ya casi estamos, y que a nuestra marcha se unan muchas más mujeres y hombres, con sus hijos e hijas, con una meta tan clara, que deslumbre a toda la comunidad de las siete islas, que nuestra escuela pública tiene que ser la mejor, que ya no nos conformamos con lo que tenemos, que ya no soportamos que nos reten a crear partidos políticos ni a resignarnos porque en otros centros se está peor que en el nuestro, que ya no permitimos que nos camelen con cartas públicas malintencionadas ni con campañas publicitarias de supuestas medidas de calidad que están dividiendo nuestras escuelas entre beneficiarias y olvidadas, que ya no nos saciamos con un solo plato, que necesitamos el menú completo durante todo el curso y desde el primer día, que ya no creemos ni en la palabra calidad de tan manoseada que la están dejando, y para ello será necesario cambiar el rumbo de las políticas educativas en Canarias, removiendo todo aquello que sea necesario.
Si nadie se pone al frente de este movimiento con una gran bandera, porque el peso se hace insoportable, que cuente con todos nosotros, que entre todos llevaremos la bandera de la escuela pública en Canarias, la más grande que se haya visto jamás, la llevaremos más alto que la de la Avenida Marítima y sabremos mantenerla ondeando todo el tiempo que sea necesario hasta que nuestras escuelas públicas sean de verdad las mejores.
21-10-08 Enrique Ojeda
martes, 28 de octubre de 2008
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1 comentario:
Felicidades Enrique. Somos muchos los que haremos llegar bien alto y bien lejos esa bandera por la que vale la pena luchar.
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